Frases

El bosque de los corazones dormidos.
-Berta curó mi corazón, tú lo has despertado. Ella es mi ángel protector, tú eres mi amor. 
Los días que nos separan.
 -¿Mientras la luna siga colgada ahí arriba? -Leo sonrió, inclinando levemente la cabeza para sentir el cálido aliento de Abril sobre su piel. Llevaba esperando ese momento, sin ser consciente de ello, desde que un torpedo alemán lo hundiera en las profundidades del Atlántico. -Nunca te devolví tu dedal.
 La élite.
-Más -exigí. -¿Qué más se te da mal?
El me agarró y se colocó muy cerca, con un brillo en sus ojos marrones que indicaba que escondían un secreto.
-Hace poco he descubierto otra cosa...
-Cuéntame.
-Resulta que se me da terriblemente mal estar lejos de ti. Es un problema muy grave.

Sonreí.
-¿Lo has intentado?
Él fingió que se lo pensaba.
-Bueno... no. Y no esperes que empiece a hacerlo ahora.
-¿Porqué no has acabado ya con esto, América? -me preguntó, con dulzura. -Sabes que te quiere.
-Eso nunca lo ha dicho. -le aseguré, y era cierto.
-Claro que no. -constató, como si fuera tan obvio. -Está intentando conquistarte con todas sus fuerzas, y cada vez que se te acerca tú te lo quitas de encima. ¿Porqué?
Maxon se detuvo y se llevó mi mano a la boca, besándome la punta de los dedos.
-Al contrario. Me parecen hasta bonitos. -dijo. Sentí que me ruborizaba. -He visto el mundo (es cierto, en su mayor parte a través de un cristal anti-balas, o desde la torre de algún castillo antiguo), pero lo he visto. Y tengo acceso a las respuestas de mil preguntas. Pero esta manita... -me miró a los ojos. -Esta manita crea sonidos que no se pueden comparar con nada de lo que haya oído antes. A veces creo que el día que tocaste el violín no fue más que un sueño, fue precioso. Estos callos son la prueba de que fue de verdad. 

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